Todos los ejercicios de Equitación Conectada actúan sobre el sistema nervioso del caballo, y cambian hábitos posturales y de tensión en el movimiento.
En el artículo anterior expliqué que uno de los objetivos primordiales del trabajo pie a tierra es enseñar y preparar al caballo la postura correcta para soportar el peso del jinete, manteniendo el dorso libre. Así el caballo puede usar sus patas independientemente. Para ello, es muy importante que el caballo sepa cambiar el peso de delante hacia atrás, de lado a lado, de abajo (base down) para arriba (base up) y de diagonal a diagonal.
Antes de profundizar en los ejercicios concretos, es necesario tener en cuenta unos principios básicos de respeto hacia al caballo y de cómo le podemos ayudar mejor.
1.- Si el caballo se desequilibra o no responde a nuestras ayudas, hemos de preguntarnos el ¿POR QUÉ?. No suponer que el caballo no nos escucha, es tozudo o vago. Hemos de observar y escuchar qué nos dice el caballo. Para entender mejor los motivos, podemos evaluar los patrones de movimiento y tensión del caballo, haciéndolo caminar en un círculo pequeño hacia la derecha y hacia la izquierda, y ver si el caballo pone más peso en un lado que en otro, si baja o sube la cabeza, si puede girarla mejor hacia un lado u otro, la incurvación, entre otros. Nos hará entender mejor el porqué el caballo responde de una determinada manera cuando le pedimos algo.
2.- Es muy importante la observación para ver cuando el caballo necesita un tiempo para pensar. Todos los ejercicios de Equitación Conectada actúan sobre el sistema nervioso del caballo, y cambian hábitos posturales y de tensión en el movimiento. Por ello, al principio, aunque nos parezca que le hemos pedido poco, el caballo necesita tiempo para poder integrar la nueva información. Es mejor dejar pausas y ver las señales de los caballos (bostezar, suavizar los ojos, mascar, etc), que hacer muchos ejercicios seguidos.
3.- Para todos los ejercicios es imprescindible tener conciencia de nuestro cuerpo, pues queremos transmitir al caballo relajación, oscilación e invitar a la sincronización de movimiento, y si no alineamos bien nuestro cuerpo, nuestra comunicación no será clara y suave. La primera parte de nuestro cuerpo que tendremos que posicionar son los isquiones en pelvis neutra, lo que permite a nuestro cuerpo alinearse correctamente, estar más libre en las articulaciones, tener las extremidades independientes y activar automáticamente los músculos del core (abdominales interiores, psoas). Después, para evitar crear más tensión en el caballo, hemos de evitar el empujar y tirar, y esto se consigue con el concepto igual-opuesto. ¿Cómo se consigue? en posición neutra, pensar en la respiración diafragmática, para lograr que nuestro torso se expanda simultáneamente un poco hacia delante y hacia detrás. Ver foto. (sac-stern)
Teniendo en cuenta esto, queremos conseguir que el caballo logre estirar toda su línea superior, y para ello es muy importante relajar cabeza, cuello y espaldas. Los dos primeros ejercicios que explicaré buscan estos objetivos. Recordad la importancia de trabajar por igual los dos lados del caballo.
Delineación de la espalda: ayuda al caballo a relajar la tensión de las espaldas, muy común en los caballos, pues naturalmente tienen más peso en las manos que en los pies. Para ello, si estamos en el lado izquierdo del caballo, pasaremos la mano derecha delineando la zona de la espalda, empezando desde el inicio de la escápula –al lado de la cruz- y bajando hacia la punta de la espalda. Al inicio sentirás que no puede introducirse la mano por la ranura y a medida que bajamos ésta se hace más profunda. Aflojar la rigidez de esta zona ayudará al caballo a estirar su cuello. Todo ello le ayudará a que gire más libremente, a trasladar el peso hacia los posteriores, cambiar de peso de lado a lado y liberar las espaldas. Ver foto.(delineaciónespalda)
Arco del cuello: el objetivo es conseguir que el caballo libere su cuello, estirándolo hacia delante. Para hacerlo deberemos situarnos mirando el cuello del caballo. Si estamos en su lado izquierdo, pondremos la mano derecha en la base del cuello, el dedo pulgar se sitúa en el surco de la yugular y el resto de los dedos encima de las vértebras por la parte de arriba y se desliza suavemente con los dedos dirigidos hacia las orejas, delineando todas las vértebras del cuello. Este ejercicio libera la nuca, abre la zona de la garganta, ayudando a subir la base del cuello y liberar la zona de las espaldas. También ayuda a que el caballo busque y acepte el contacto.