Hace aproximadamente cinco mil años, el hombre descubrió que, si se subía al lomo de un caballo, el mundo podía ser explorado y conquistado con mucha más facilidad.
El caballo se convirtió en el mayor aliado de la humanidad, siendo utilizado en la guerra, el campo y la industria; pero, además, el caballo se convirtió desde muy temprano en un gran compañero de juegos, surgiendo primigenios deportes ecuestres que, además de servir de entretenimiento, servían para preparar a los caballos y a los jinetes para la guerra.
Desde entonces, el deporte ecuestre fue evolucionando y expandiéndose, desarrollándose multitud de deportes o disciplinas que han ido evolucionando hasta convertirse en el uso mayoritario del caballo en nuestros días, donde el deporte ecuestre representa una potente industria a nivel mundial.
Desde mediados del pasado siglo, los diferentes deportes ecuestres han tenido una gran evolución en el aspecto técnico y en el desarrollo de los diferentes métodos o sistemas de entrenamiento del caballo, lo que está llevando a ciertas disciplinas hípicas a unas altísimas cotas de exigencia técnica y física. En paralelo al desarrollo técnico propio de cada deporte hípico, la preparación física de los caballos ha experimentado una evolución notoria, abarcando dentro de esta área no solo el entrenamiento físico como tal, sino también la nutrición y la suplementación, la recuperación y la prevención de lesiones, la gestión de los tiempos de descanso…
En los últimos años, la concienciación sobre el bienestar psicológico de los caballos se está extendiendo entre la comunidad ecuestre y, aunque aún falta mucho por avanzar en este campo, cada día son más los jinetes y entrenadores que tienen en cuenta este factor a la hora de desarrollar los entrenamientos y diseñar las temporadas de competición.
Sin lugar a duda, en el seno del deporte ecuestre, aún son pocos los deportistas o los entrenadores que valoran adecuadamente la preparación mental, mientras que, en el resto de los deportes, se da cada vez más importancia al rendimiento mental de los deportistas y se afirma con rotundidad que este factor es el punto diferencial entre los buenos y los mejores, o entre los que son flor de un día y los que se consolidan. Pero ¿qué es el entrenamiento mental, y aún más relevante, ¿cuánta importancia tiene el factor mental en el deporte ecuestre?
De una forma general y simplificada, podemos definir el entrenamiento o la preparación mental en el deporte como el uso de diferentes técnicas, procesos, métodos, herramientas y sistemas que permiten mejorar el rendimiento del cerebro y la mente durante la práctica deportiva, un tema nada menor o superfluo si tenemos en cuenta que ese órgano que alberga nuestro cráneo es el que coordina y controla el funcionamiento de nuestros sentidos, de nuestros órganos y sistemas, de nuestros pensamientos y estados emocionales…
Concretándolo en el deporte hípico, resulta que la comunicación entre nosotros y nuestros compañeros cuadrúpedos cuando estamos montados se produce principalmente a través de la aplicación de diferentes grados de tensión, presión y cambios de equilibrio, es decir, sutiles acciones motrices que requieren un largo proceso de aprendizaje y perfeccionamiento en el que factores como el control de la atención y el mantenimiento de la motivación resultan determinantes. Por otra parte, competir en cualquier disciplina hípica conlleva exponerse al escrutinio del público, el entrenador, tus compañeros o tu entorno cercano, por no hablar de los jueces en determinadas disciplinas o de los propietarios de los caballos; esa exposición genera una presión en los jinetes y las amazonas que, si no se gestiona adecuadamente, puede reducir de forma notable el rendimiento en las pistas.
¿Quieres más ejemplos? ¡Sin problema! Porque resulta que cuando practicamos cualquier deporte ecuestre, lo hacemos con la colaboración indispensable del caballo; un animal grande, pesado y fuerte que entraña per se un riesgo físico que en otros deportes no existe. Más aún, disciplinas como el completo, el polo o el turf tienen un grado extra de riesgo. Debido a ello, en el deporte ecuestre es fácil que se desarrollen situaciones o circunstancias que nuestro cerebro interpreta como una amenaza para nuestra integridad física, ¿y sabes qué ocurre cuando esto sucede? Que lo que menos le importa a nuestro cerebro es coordinar el gesto del cuerpo o el uso de las piernas; el cerebro focaliza su atención y su energía en una sola cuestión: cómo sobrevivir a un aterrador e inmenso salto, o cómo bajarse de ese peligroso animal lo antes posible. Por tanto, ser capaces de gestionar adecuadamente estas situaciones amenazantes supone una cuestión clave no solo para poder afrontar la competición con ciertas garantías de éxito, sino simplemente para poder disfrutar de tus sesiones de entrenamiento o de un simple paseo por el campo.
Para terminar, te hablaré de la inteligencia social, conformada por aquellas competencias de la inteligencia emocional que atañen a la comprensión de los estados emocionales ajenos y a la gestión de las relaciones interpersonales. ¿Te estarás preguntando qué tiene que ver esto con el deporte ecuestre? Te lo explico: si tu experiencia en el mundo hípico es dilatada, probablemente conozcas a ese tipo de entrenador cuyos conocimientos técnicos son muy amplios; pero su forma de transmitirlos no es precisamente la mejor, es el caso de grandes jinetes cuyo desempeño pie a tierra dista mucho de su capacidad sobre la montura. En el plano contrario, se sitúan los entrenadores que, pese a poseer unos conocimientos técnicos más reducidos, saben comunicarlos con detalle, entusiasmo y facilidad. Los buenos entrenadores se distinguen por la conjunción de dos características: poseen unos conocimientos adecuados y saben transmitirlos. Por suerte, al igual que se pueden adquirir más y mejores conocimientos, también se puede mejorar el modo o la forma que utilizamos para transmitir lo que sabemos.
Si tras leer este artículo, has comenzado a dar importancia al entrenamiento mental en el deporte ecuestre y quieres saber más sobre este tema, estás de suerte, ya que este es tan solo el primero de una serie de artículos sobre este asunto. No obstante, si no quieres esperar al siguiente artículo o deseas profundizar más en este campo, puedes comprar mi libro, Toma las riendas de tu mente y doma tus emociones, y también puedes seguirme en mis redes sociales: Adrian Martin EquuSport.