Cuando hablamos de “reunión”, muchos pueden pensar que se trata de un ejercicio de doma clásica, sin embargo saber “reunir” a un caballo es de gran importancia en cualquier disciplina incluso en la equitación de ocio. Hay varios niveles de “reunión”. Un caballo de paseo necesita una “reunión” menor que un caballo de alto nivel de doma clásica, pero aún así, para poder llevar a un jinete de una manera sostenible necesita cierto nivel de “reunión”.
Los lectores que ya me conocen saben que trabajo con consciencia corporal y mental para jinete y caballo. Esta manera de enfocar la equitación, no sólo es más agradable sino también más saludable para el binomio. Cuando conocemos las bases de montar con consciencia corporal reducimos tensiones, prevenimos lesiones y creamos una equitación muy sensible y agradable. En este artículo, quiero enfocar la importancia de usar consciencia corporal para poder “reunir” al caballo correctamente.
La “reunión” correcta
La “reunión” correcta sólo se puede conseguir después de una formación adecuada del caballo y, con un trabajo consciente y bien realizado, tanto del jinete como del caballo. Con la “reunión” correcta, el caballo puede trasladar su peso al tercio posterior doblando los corvejones para que los posteriores puedan pisar más por debajo del punto de gravedad del caballo. Como consecuencia de este traslado de peso hacía atrás se consigue subir el dorso del caballo y aligerar el tercio anterior permitiendo movimientos más ligeros de las espaldas. La “reunión” correcta ayuda al caballo a llevar y equilibrar mejor el peso del jinete.
¿Cómo saber si es correcta o falsa?
Saber diferenciar entre una “reunión” correcta y una falsa es de una inmensa importancia, ya que existe muchos malentendidos sobre este tema.
En equitación se habla de la importancia de trabajar el caballo desde atrás – con una buena actividad de los posteriores – y llegar a la “reunión” a través de un buen trabajo de la línea superior. Sin embargo, en la equitación moderna son demasiados los jinetes y entrenadores que lo hacen al revés, se fijan mucho en el tercio anterior; ¿dónde coloca su cabeza?, ¿cuánto dobla el cuello?, ¿cuánto mueve sus manos?. Un caballo con buenos movimientos naturales, fácilmente pasa por estar “reunido” por el simple hecho de que el jinete ha conseguido colocarle su cabeza, pero si el caballo sigue trabajando con el dorso hundido, sin poder colocar bien su pelvis y sin pisar por debajo de su centro de gravedad, no está “reunido”, está pendiente del contacto de la mano para quedarse en la “reunión”. La vía rápida de “colocar” al caballo a través de la fuerza, repercute directamente en su salud e incluso puede provocar cojeras no muy fáciles de diagnosticar, porque vienen de un mal uso de su columna.
Un caballo correctamente “reunido” debe de “sentarse” sobre sus posteriores. El jinete debe notar cómo el caballo llena el dorso por debajo de la montura y que los posteriores entran por debajo, más allá de la línea de la punta de su cadera, y que el caballo no pesa en la mano. Este caballo tiene un equilibrio propio – un self-carriage.
Reunir desde el centro de tu cuerpo
Con la preparación correcta de jinete y caballo, es decir, que ambos con un buen entrenamiento tienen un buen nivel de consciencia corporal, podemos llegar a “reunir” al caballo desde el centro de nuestro cuerpo, siguiendo los principios de La Equitación Centrada.
Para conseguirlo, debemos montar con la pelvis en neutro, con un buen acompañamiento de los movimientos del caballo (ver artículos anteriores). Cuando somos conscientes de nosotros mismos, podemos imaginar una pelota dentro de nuestra pelvis, haciéndola girar hacia atrás. Esta imagen imaginaria, no tiene nada que ver con la transmisión de pensamientos, o si se cree o no en ellas, sino que esta idea crea un pequeño impulso físico real en tu pelvis que el caballo es capaz de sentir y seguir.
Conectar – centrar – crecer
Al mismo tiempo que hacemos rodar la pelota imaginaria hacia atrás, añadimos un movimiento muy sútil de conexión a tierra y creciendo por la columna, como la imagen de un árbol que crece al mismo tiempo que echa raíces. Esta secuencia simultánea, conectar – centrar – crecer, es un pequeño re-equilibrio, una media parada muy sútil, que podemos repetir cuantas veces sea necesario para ayudar al caballo a re-equilibrarse y a quedarse “reunido”.
Con el conectar – centrar – crecer conectas con tus músculos de núcleo (core muscles) y con tu zona lumbar, y con esa conexión, das al caballo espacio para girar su pelvis, es decir, trasladar el peso más hacía atrás. La Equitación Centrada, nos permite “reunir” al caballo sin poner el enfoque en las manos y las piernas. El usar nuestra pelvis y nuestra mente ayuda al caballo a entender de una forma más coherentes y comprensible, y permite que las manos y las piernas actúen de una manera mucho más natural y sútil.
El proceso de aprender a montar con consciencia corporal y mental se trata de probar y permitir que las cosas pasen. Y si no funciona, ¡volver a probar!