En equitación centrada con la técnica Alexander sobre un caballete, y sin tener que estar pendientes del caballo, corregimos nuestros hábitos posturales para ser consciente de cómo usas tu cuerpo y luego montando aprender a sentir cómo el caballo usa el suyo
En la Equitación Centrada se pone mucho enfoque en que el jinete aprenda a sentir. Ser consciente de cómo usa su cuerpo y aprender a sentir cómo el caballo usa el suyo, lo cual beneficiará a ambos.
Todavía hay muchos jinetes y entrenadores que ponen toda su atención en qué tiene que hacer el caballo, y poca atención en cómo lo puede conseguir el jinete usando su cuerpo de una manera más libre. La Equitación Centrada aporta conocimientos y herramientas al jinete de cómo puede hacer un mejor uso de sí mismo, permitiéndole adaptarse mejor a los movimientos del caballo y así poder pedirle de una manera más coherente y comprensible para él. Este enfoque aporta ligereza y más conexión entre jinete y caballo, sea para competir en una disciplina ecuestre o para disfrutar de una equitación de ocio más saludable.
Un buen uso de uno mismo
Sally Swift, fundadora de la Equitación Centrada, explicaba el concepto de hacer un buen uso de uno mismo como “un lenguaje corporal educado e intencionado”. Para poder aprender este lenguaje, la mayoría de nosotros hemos de pasar primero por una fase de re-aprendizaje, que Sally aprendió de diferentes métodos de educación corporal. Sin entrar en equitación, ya en la vida cotidiana vamos adquiriendo hábitos posturales y mentales, de los cuales no somos conscientes, pero que afecta a nuestra manera de movernos. Estos hábitos los incorporamos inconscientemente a la equitación, donde normalmente se acentúan cuando nos movemos con el caballo, sobre todo cuando empezamos a pedirle ejercicios.
Como he comentado ya en artículos anteriores, en la Equitación Centrada son muy importantes los ejercicios de consciencia corporal sin caballo que nos permiten trabajar con nosotros mismos sin tener que pensar en él. Se tratan de ejercicios que nos enseñan a explorar cómo usar nuestros cuerpos y nuestra mente de una manera más natural y saludable. Lo que aprendemos en estos ejercicios lo incorporamos luego a las clases de equitación, permitiéndonos asumir los cambios un poco más rápido gracias a que ya lo hemos probado sin caballo.
Estos ejercicios también nos ayudan a darnos cuenta que la mayoría de veces somos nosotros los que tenemos más problemas con un lado de nuestro cuerpo que con el otro, o que nos movemos con mayor o menor facilidad. Este descubrimiento nos ayudará a entender que si en la equitación ponemos más enfoque en nosotros mismos y no sólo en echar la culpa al caballo cuando algo no funciona, crearemos caballos más tranquilos y confiados.
La Técnica Alexander
En el proceso de re-aprendizaje, el método que quizás ha influido más en la Equitación Centrada es la Técnica Alexander. Es un método que nos ayuda a reeducar la mente y el cuerpo con el fin de aprender un mejor equilibrio y postura, tanto si estamos sentados como en movimiento. Este método empezó sin tener en cuenta la equitación, pero con los años, y gracias a Sally Swift, este método ha llegado a ser una parte muy importante en la enseñanza de un buen asiento y un equilibrio puro de jinetes en todo el mundo, desde un nivel de iniciación a un nivel olímpico.
La técnica Alexander parte de que nacemos con una manera natural e innata de movernos, pero a lo largo de la vida vamos adquiriendo hábitos, tanto posturales como mentales, que pueden afectar negativamente nuestra manera de movernos. Estos hábitos adquiridos pueden causar tensión, la tensión puede causar dolor, el dolor crea hábitos de compensación, los hábitos de compensación crean desequilibrio y el desequilibrio puede crear incluso lesiones, tanto en el jinete como en el caballo.
Como estos hábitos se van incorporando en nuestro cuerpo de una manera progresiva, llegan a ser parte de nosotros y aunque en realidad no estamos usando bien nuestro cuerpo, lo que nos es habitual nos resulta normal. Es por eso que se pueden ver personas que caminan usando más un lado del cuerpo que el otro. Esta manera de caminar se lleva inconscientemente a la equitación y el resultado puede ser un jinete que está más sentado a un lado que al otro, totalmente torcido. Aún así, debido al hábito de compensación que ha desarrollado, el jinete tiene la absoluta sensación de que va recto.
En la Equitación Centrada trabajamos mucho con la técnica Alexander, tanto en los ejercicios sin caballo -muchas veces en un caballete de madera llamado el “caballete Alexander”- como en las clases con caballo. Como instructores, podemos usar esta técnica para ayudar al alumno a encontrar la postura correcta guiando las diferentes partes de su cuerpo con nuestras manos. Además de decirle al jinete lo que tiene que hacer, lo guiaremos con nuestras manos para ayudarle a entender las posibilidades de movimiento que tiene su cuerpo.
El re-aprendizaje
En la etapa de re-aprendizaje empezamos con identificar posturas no equilibradas y no saludables e iniciamos el aprendizaje para encontrar el equilibrio puro, neutro y natural. En este proceso, se pasa por una primera fase en la cual la corrección a una nueva postura, aunque realmente da más equilibrio y más libertad de movimiento, puede resultar como algo muy extraño para una persona que está acostumbrado a su “verdad” sobre qué es un buen equilibrio.
Para explicarlo mejor puedo dar un ejemplo muy común en la equitación; el jinete que tiene como hábito inclinarse hacia atrás cuando el caballo se mueve, sobre todo en trote y galope sentado. Esta postura es muy normal parcialmente porque muchos instructores de hecho dicen a sus alumnos inclinarse hacia atrás, pero realmente esta postura lo que hace es bloquear el movimiento de las caderas del jinete y con eso también bloquea la zona lumbar del caballo, dificultando su impulsión. Cuando corrijo a un jinete con esta costumbre a encontrar su línea vertical neutra, lo más seguro es que este jinete, con la nueva postura, va a tener la sensación que está inclinado hacia delante. ¿Por qué? Porque inclinarse hacia atrás ha llegado a ser su “verdad” sobre la vertical, por lo tanto, todo por delante de esta línea le parecerá que está fuera de la vertical.
Siguiendo este proceso de encontrar un mejor uso de uno mismo se ha de tener la mente abierta y dar una posibilidad a la nueva postura, aunque al principio se sienta raro. Se debe esperar e intentar notar qué cambios provoca en el caballo. En este momento, estamos tan ocupados en concentrarnos en nosotros mismos que al principio puede costar poner atención también en las respuestas del caballo. Sin embargo, si nos damos tiempo para permitir a nuestro cuerpo y mente adaptarse, poco a poco nuestro cuerpo se acostumbrará y cada vez tendremos más capacidad de aceptar lo nuevo y con el tiempo, empezar a sentir las respuestas del caballo. Al llegar hasta aquí, puede ser interesante pedir al alumno que vuelva a la postura inicial para ver cómo afecta a la movilidad del jinete y con esto también a la del caballo. En el antes y el después, no hay nada correcto o incorrecto, sólo una capacidad del jinete de aprender a sentir cuándo su cuerpo tiene más libertad de movimiento para adaptarse al caballo y sentir sus respuestas. Con la espalda hacía atrás -el hábito postural anterior- puede notar que el caballo no impulsa de la misma manera que cuando pone su espalda en la línea vertical correcta, que ayuda a quitar el bloqueo del sacro del caballo, consecuencia de un jinete con la espalda hacía atrás.
Este proceso requiere paciencia y voluntad para probar, esperar y explorar la sensación que da el “antes” y el “después”. El jinete puede pasar por ratos de confusión e incluso de frustración cuando note que su cuerpo no siempre hace lo que pensaba que hacía. Puede crear la sensación de que lo aprendido hasta ahora no le sirve de nada. Lo importante es tener una mente abierta y estar dispuesto a trabajar consigo mismo y no sólo mirar si el caballo lo hace bien o mal. El premio a la paciencia es encontrar una equitación en la que el caballo colabore con una motivación nueva y jinete y caballo puedan liberarse de tensiones.