Para garantizar que todo el material de equitación del que disponemos estará bien conservado y durará el mayor tiempo posible, debemos mantener un guadarnés limpio y bien ordenado. Es necesario mantener el material limpio y engrasado para evitar incomodidades y rozaduras a nuestro caballo.
En la práctica de la equitación, en cualquier disciplina, utilizamos monturas, cuerdas, embocaduras, cepillos, sudaderos y otros complementos que debemos limpiar y mantener con el mayor cuidado posible. Por un lado, aseguraremos que durará más tiempo en buen estado y, por otro lado, contribuirá a una mayor comodidad para el caballo. Lo ideal sería guardar todo el material en un guadarnés o un almacén adecuado: cerrado, lejos de focos de polvo, calor o humedad y que no le dé la luz directa. A su vez, debemos evitar que entren roedores y otros animales o insectos que pueden desgastar el material.
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Debemos prestar máxima atención al material que colocamos a nuestro caballo.
La cabezada de cuadra debe limpiarse periódicamente, sobretodo si acostumbramos a soltarlo en el picadero sin sacársela, podemos pasarle semanalmente un cepillo de raíz en seco y dependiendo del uso que le demos con agua y jabón.
El sudadero es el material que está en contacto entre la montura y el caballo, así que es de vital importancia que tras la monta saquemos el pelo acumulado con un cepillo y si está mojado lo dejemos secar al aire libre. Lavarlo cada 15 días o cada mes dependiendo del uso.
Las bendas o protectores, al igual que el sudadero
La brida, en la mayoría de los casos es de cuero, por lo tanto, la higiene y el engrasado de este material es fundamental para que no cause rozaduras en la cara del caballo. Por otra parte, si montáis con embocadura, es necesaria lavarla tras su utilización.
La montura, al igual que la brida, es necesario limpiarla y engrasarla tras cada utilización ya que si la mantenemos flexible será más agradable para el caballo y también para nosotros.
Colocación del material
Las monturas deben colocarse en montureros apropiados, de madera o metal, por ejemplo, fijados a la pared o en soportes resistentes movibles, pero siempre tapados y adaptados a la curvatura de la montura, permitiendo que se mantenga su arco natural. Los arreos y el material de cuero tienen que estar colgados sin arrastrarse por el suelo y sin estar retorcidos o demasiado doblados. Los cepillos, trapos, botas, cabezadas, cuerdas y otros utensilios será mejor guardarlos en un armario cerrado y correctamente ordenados.
En general, tenemos que guardar y ordenar el material de equitación usando la lógica y el sentido práctico, teniendo a mano lo que usamos cada vez y de manera que podamos encontrar fácilmente todos los objetos.
Por otro lado, cuando guardemos el material usado, debemos hacerlo ya limpio y sin restos de polvo o sudor, para que no se deteriore y lo encontremos en perfecto estado la próxima vez que vayamos a utilizarlo. Simplemente pasando un trapo húmedo por el material será suficiente y, de forma periódica, es importante realizar una limpieza a fondo de todos los complementos.