Pienso que a la inmensa mayoría de propietarios de caballos les gusta pensar que su caballo es muy listo, muy inteligente. Muchas veces olvidamos que estamos haciendo una valoración desde nuestro punto de vista humano.
Quizás lo que en realidad deberíamos preguntarnos es cuál es la habilidad de aprendizaje que puede presentar nuestro caballo. En este sentido podríamos preguntarnos si hay caballos con mayor capacidad o habilidad para aprender que otros, y por lo tanto, que dictaría la habilidad para aprender en un caballo.
La respuesta está en sus experiencias pasadas. Los caballos aprenden por hábito. En base a las experiencias que viven, aprenden gradualmente a discriminar. De esta forma, el caballo aprende en que árbol le gusta más rascarse, en qué lugar le gusta más revolcarse, dónde está el agua más fresca, etc.
Consideremos un caballo, que ha nacido en un centro hípico, que ha sido estabulado, o vivido en un paddock desde muy joven, y con poco o casi nulo contacto con otros caballos, en comparación con un Mustang salvaje que ha nacido y se ha criado en un ambiente completamente distinto. El caballo que vive en un centro hípico prácticamente no tiene contacto con otros caballos. No hay oportunidad de interactuar. La mayoría de las veces, cuando hay otros caballos no pueden tocarse, no están juntos, o cada caballo tiene un jinete que está realizando sus ejercicios. El Mustang salvaje, o incluso un caballo criado en un rancho, vive en consonancia con la dinámica de su manada. Además, se convierte rápidamente en un experto en adaptarse a las dificultades del terreno. Tenemos pues dos tipos de caballos distintos que representan dos tipos de marcos de aprendizaje también muy diferentes.
Las experiencias vividas son muy diferentes en cada caso, y por lo tanto la posibilidad de explorar, y de experimentar es también muy diferente. La habilidad de aprender y de adaptarse serán también diferentes. El caballo estabulado presenta una capacidad más limitada para resolver problemas. El caballo salvaje, o nacido y criado en un rancho, ha vivido muchas otras experiencias que le pueden permitir adaptarse mejor a nuevos imprevistos, y por lo tanto podemos considerarlo como mejor preparado para aprender.
Algo interesante del proceso de aprendizaje es que se produce con o sin la supervisión del humano. La persona cree muchas veces que debe estar presente para que el caballo aprenda algo. La verdad es que la propia curiosidad del caballo es lo que puede desencadenar un proceso de aprendizaje, y por supuesto la curiosidad de un caballo se ve infinitamente más estimulada si vive en un ambiente natural con otros caballos. La curiosidad empuja también al caballo a salir de su zona de confort. La propia curiosidad puede llevarle a momentos de mayor estrés, y de mayor alerta, pero esa misma experiencia le convierte en un caballo mejor preparado, y más equilibrado a nivel psicológico y emocional.
Estoy convencido que lleva menos tiempo entrenar un caballo criado en el campo, en un rancho, que un caballo estabulado. Existen estudios que muestran que los caballos que viven estabulados, o con una capacidad de moverse e interactuar con otros caballos muy limitada, presentan un nivel más alto de problemas de conducta. Ello puede observarse en mayor grado en caballos de carreras, o de competición. Algunos de estos problemas de conducta podrían pasar inadvertidos, pues el caballo desde muy temprana edad lo que ha aprendido es a repetir una serie de conductas que se le exigen para su vida deportiva. Sin embargo, su capacidad y desarrollo de aprendizaje pueden ser limitados.
Una función principal del aprendizaje sería desarrollar conductas que permitan al caballo adaptarse a los numerosos cambios que pueden ocurrir en su entorno. Cuando su entorno está muy condicionado es más difícil crear esa capacidad de adaptación. Desde que nacen, cuanto más podamos mantener a nuestros caballos en un ambiente lo más natural posible, y en interacción con otros caballos, más podremos fomentar su curiosidad, y por lo tanto más podremos motivarle a que salga de su zona de confort.