“Nana, niño, nana
del caballo grande
que no quiso el agua.*************
Duérmete clavel
que el caballo no quiere beber,
Duérmete rosal
que el caballo se pone a llorar.
Las patas heridas,
las crines heladas,
dentro de los ojos
un puñal de plata.”Federico García Lorca: Nana del caballo grande
Como en “Bodas de Sangre”, metáfora de la pasión, compañero en la muerte y en el amor, el caballo no deja de marcar su presencia en nuestras historias relinchando desde el este hasta el oeste y dejando huellas de norte a sur.
Equus ferus caballus, domesticado por primera vez en las estepas euroasiáticas hace unos 5000 años, está considerado como el principal garante del progreso de las civilizaciones humanas por varios investigadores.
La pintura, la literatura, el arte, la mitología, la religión, la filosofía, la ciencia… son las visiones e interpretaciones del mundo que se desarrollaron y se siguen desarrollando para representar, explicar y dar sentido a nuestra presencia como especie en el globo.
En todas esas disciplinas, no cabe duda de que el caballo siempre ha encontrado su lugar para alimentar la creatividad humana y desempeñar un papel en nuestro viaje terrestre.
Emblemática del caballo y significados espirituales en el folclore universal:
El simbolismo de los caballos se centra en una dualidad para no decir contradicción: son domesticados pero libres, vinculados con los cuatro elementos, la expresión de la vida en movimiento y la de la muerte también.
Animal tótem, el caballo aporta coraje para superar los desafíos y ayuda a conectar con la belleza del mundo.
Cada mañana al amanecer, los caballos de Helios Flegonte (‘ardiente’), Aetón (‘resplandeciente’), Pirois (‘ígneo’) y Éoo (‘amanecer’) tiran el carro del dios del sol por el cielo.
Las cuatro yeguas infernales del rey Diomedes que alimentaba con la carne de sus huéspedes representan una alegoría de las componentes infrahumanas hondamente inmersas en nuestro subconsciente… una parte oscura en cada humano que cada Hércules en nosotros debe afrontar.
El kelpie, caballo que habita en la profundidad de los ríos y los arroyos de Escocia, cazando a los humanos que se encuentra, inspira terror y reflexión.
A parte de ser un protagonista omnipresente en la poesía preislámica y “Mu‛allaqāt“ que pinta su elogio elaboradamente , el caballo se percibe como una bendición o una protección según la cultura árabe : “El Diablo no entrar en una casa en la que se encuentre un caballo árabe ”.
(قال صلى الله عليه وسلم: «إن الشيطان لا يدخل داراً فيها فرس عتيق»)
Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis: Cada uno de los jinetes montando un caballo de diferente color: negro representando hambruna, gris simbolizando la muerte, rojo metáfora de guerra y blanco montado por el Cristo.
En Mongolia, se creía que los caballos eran un vínculo con la espiritualidad incluso tenían un dios caballo.
En el budismo los caballos blancos son venerados y se consideraban sagrados.
En resumen, los significados espirituales y alegóricos de los caballos son omnipresentes y universales.
El caballo simboliza comúnmente: libertad, fuerza, resistencia, victoria, abundancia, belleza, majestuosidad, nobleza, determinación y coraje.
Por lo tanto, es significativo revelar esa relación trascendente, investigar y desarrollar una base de conocimiento del mundo equino para favorecer la formación de un vínculo profundo y beneficioso para ambas partes.
Disciplina, investigación, apertura, flexibilidad, empatía, responsabilidad… no solo son valores indispensables sino son los fundamentos de una equitación consciente cargada de la sabiduría de las civilizaciones ancestrales y de los conocimientos más variados, profundos y avanzados de los cuales gozamos hoy.
Tal vez se puede hablar de “una equitación esotérica”.
Según la RAE: esotérico, ca
Del gr. ἐσωτερικός esōterikós, der. de ἐσωτέρω esōtérō ‘más adentro’.
1. adj. Oculto, reservado.
2. adj. Dicho de una cosa: Que es impenetrable o de difícil acceso para la mente.
3. adj. Dicho de una doctrina: Que se transmite oralmente a los iniciados.
4. adj. Fil. Dicho de una doctrina de la Antigüedad: Que era transmitida por los filósofos sólo a un reducido número de sus discípulos.
“Por extensión el esoterismo se refiere a toda doctrina que requiere un cierto grado de iniciación para estudiarla en su total profundidad.”
EQUITACIÓN ESOTÉRICA:
La equitación en su práctica no solo adquiere experiencia física sino ejercicio mental, conocimientos científicos (etología, hipología…) y en su forma más elaborada el arte ecuestre, la equitación como filosofía como trascendencia y sentido.
La transmisión y la enseñanza de la equitación para la instrucción de los practicantes de los deportes ecuestres tiene que ser entonces estrictamente arraigada en el conocimiento estructurado a través de una pedagogía bien elaborada.
Comentario sobre una buena metodología de la enseñanza ecuestre
No cabe duda de que «cada maestrillo tiene su librillo» y que una de las cosas bonitas del mundo ecuestre, es esa posibilidad que nos ofrece para compartir experiencias y sugerir métodos, realizar estudios e investigar la relación dinámica con el caballo.
Sin embargo, como en todos los ámbitos, el mundo ecuestre a nivel internacional conoce también una cierta rigidez y se pueden todavía observar métodos de entrenamiento que utilizan al caballo como se utilizara cualquier objeto inanimado inhabitado distinguido por inteligencias, emociones etc.… Todavía se trata a los caballos como si fueran todos iguales, con las mismas necesidades y, más peligroso, como si tuvieran todos las mismas capacidades.
Historiador, militar y filósofo Jenofonte (431 a. C.-354 a. C.) amigo y discípulo de Sócrates, escribió el tratado más viejo de equitación e instituyó los pedestales del arte ecuestre clásico, pero con opiniones sobre la Hípica muy actuales:
Enseñar a los caballos utilizando refuerzo positivo y mantener en la mente que un caballo, si se le explica, introduce las peticiones y se toma el tiempo necesario para diluir el miedo, tendrá más ganas de volver a hacer las cosas y de pasar tiempo con nosotros.
Esa base se le puede transmitir al iniciante desde el primer contacto, incluso con métodos lúdicos que le introducen al funcionamiento del caballo como especie gregaria presa, herbívora con una psicología y conductas evolutivas regidas especialmente por mecanismos de aprendizaje…
François Robichon de La Guérinière (1688–1751) Maestro de la equitación francesa, conocido por sus escritos y métodos de doma lo resume bien diciendo:
Desafortunadamente en el año 2024 seguimos viendo uso y abuso de ciertas herramientas, además, en manos de jinetes inexpertos que, en lugar de aprender a utilizar adecuadamente las ayudas, buscan “redondear” a todo precio pobres caballos, sufriendo debajo de un “simio”, agitándose encima de su dorso, incapaz de concienciarse del impacto de su propia mecánica sobre la del caballo.
Ya es tiempo para que esas prácticas desaparezcan en el entrenamiento cotidiano y no solo en las competiciones.
Además, se están desarrollando métodos de simulación para mejorar el asiento y aprender a sentir… Cierto, no son accesibles para todos, pero se puede practicar con un básico barril y palos, alternativas para trabajar, por ejemplo, el trote levantado, sin tirar de la boca y adquirir equilibrio….
Quizá es hora también de quitarse de la mente la idea de relación “dominación-sumisión” y sustituirla con la explicación de la noción de colaboración, de entender lo que es un binomio, trabajar la relación e, insisto, en presentar desde el primer contacto al caballo con sus particularidades a los bípedos interesados en subirse encima de él y proponerle hacer cosas.
La enseñanza de la equitación debe de hacer de ella una doctrina accesible para los iniciantes con la aplicación alternativa de métodos pedagógicos interactivos, explicativos, demostrativos, permisivos, positivos…
“Los niños no juegan para aprender, pero de manera más o menos consciente, aprenden jugando.”
¡Los adultos también!
No obstante, la adaptación de los métodos, el intento de facilitar el aprendizaje y hacer accesible el mundo del caballo, no debe dejarse totalmente absorber por los fines comerciales.
La equitación es un negocio, pero es también un negocio en el que se puede conservar la ética, la responsabilidad y la gratitud.
El caballo nos puede acompañar en eso también y hacer de nosotros mejores personas.