Aunque la hipermovilidad en los caballos no está aún del todo documentada ni estudiada, hay indicios que confirman que podría suponer un problema importante para algunos caballos. Tanto los animales como las personas tenemos articulaciones más duras y otras más flexibles, por lo que el espectro de movilidad suele ser bastante amplio. La hipermovilidad es la condición que presentan articulaciones que fácilmente van más allá del rango normal que se espera para esa articulación en concreto.
Aunque hay razas que de forma natural son más hipermóviles, a través de los cruces genéticos, las diferentes ganaderías han criado caballos con un movimiento excesivo, si bien tienen una mayor flexibilidad y un mejor rendimiento en los movimientos de doma. Sin embargo, si estos caballos no tienen una estabilidad funcional adecuada en el resto del cuerpo, las articulaciones pueden sufrir un mayor desgaste, ya que el cuerpo pierde la postura correcta, cargando las articulaciones de forma asimétrica y provocando una mayor tensión en los tejidos blandos asociados.
Para estabilizarse, estos caballos, que tienen más problemas de coordinación, tienden a cargar sobre las espaldas. Así, existe un mayor riesgo de desgaste de la columna y aumentan la carga y tensión en las manos, porque el cuerpo no puede absorber la fuerza del impacto sobre el suelo. En estos casos, la clave está en un buen entrenamiento de fuerza, que promueva la postura correcta del conjunto del cuerpo. Hay que tener en cuenta que pueden tardar más en muscular, pero un buen trabajo de transiciones y ejercicios lentos y variados mejorarán su fuerza y, a la vez, la coordinación.