Cada noviembre en el patio del Palacio de Hampton, los visitantes pueden observar al capellán de Su Majestad bendecir a la última manada de Shires que trabajan en Londres.
Esta manada de siete individuos pertenece a la Operación Centauro, que fue creada por el Dr Andreas Liefhooge hace 15 años.
“Se creó con el objetivo de hacer a los caballos de trabajo relevantes para la sociedad contemporánea”, explica el Dr Andreas, lo que es particularmente importante ya que los Shires son más raros que los pandas. Esta manada de multiples talentos puede convertir sus cascos en herramientas de trabajo.
La primera son los paseos en carruaje. Durante el verano tiran de un tranvía diseñado para ellos alrededor de los jardines del Palacio de Hampton, y en invierno dan paseos en carruajes por Richmond Park para recaudar dinero para la organización benéfica Royal Parks.
La segunda tarea son los trabajos de conservación. Un número creciente de administraciones de Londres recurren a estos Shires para mantener sus prados de flores silvestres. Los Shires desgarran, escarifican y cortan los tallos y prados de Clapham Common, el parque de Hyde, el parque de Richmon, Sutton Common y el Parque de Morden Hall, lo que ayuda a eliminar las malas hierbas que le quitan espacio a las flores silvestres.
«No se trata de remontarnos a un pasado lejano», señala Liefhooge. «Hemos podido demostrar que si usas caballos en prados de flores silvestres obtienes más flores y una mayor variedad, porque los tractores comprimen el suelo y las flores silvestres no les gusta el suelo comprimido».
Además, como el Dr Iain Boulton, un empleado del Council Lambeth indica que hay “significantes beneficios ambientales en utilizar los Shire sobre maquinaria como los tractores”. El “Council” sabe que las emisiones de un tractor son mucho mayores que un vehículo traccionado por los Shires. Boulton sabe que los Shires “están y estarán” como una herramienta de valor para las administraciones.
Por último, pero no finalmente, estos Shires se utilizan para psicoterapia asistida con caballos. Han trabajado con gente sin techo, adolescentes con problemas y soldados con síndrome de estrés post traumático, e incluso han hecho visitas a prisiones.
“Es más fácil hacer una intervención psicoterapéutica cuando un caballo está presente que solamente sentarse con estas personas en una habitación y decirles “bueno, cuéntame”, dice Liefhooge. Al conectar con un animal que no habla, ellos aprenden a conectar más consigo mismos y a abrirse. Además, “los Shires son los caballos más grandes del planeta- si alguien tiene baja autoestima y ve que puede influir en estos caballos, los resultados son increíbles”.
También han generado inexplicables “milgaros” de salud. Un cliente sufría una severa psoriasis y empezó a empatizar profundamente con uno de nuestros Shires, Murdoch, quien también sufría de una enfermedad en la piel. Tras cuidar meticulosamente de Murdoch, su propia piel también sanó.
Todos los miembros de la manada pueden realizar las tareas que se les asignan, aunque los más mayores son mejores para el trabajo de terapia. Operación Centauro adquiere los Shires con unos tres o cuatro años de criadores de confianza “en el norte”, con preferencia por los machos castrados ya que son más manejables (aunque hay una yegua en la manada), y los entrenan desde cero, en un proceso que puede llevar cuatro meses o más.
Gracias a esta vida ocupada la manada no se parece nada a Shires de espectáculos: “si te fijas en los espectáculos con Shires, a menudo llevan mucho más peso- todos nuestros Shires están musculados, son como atletas”, dice Liefhooge orgulloso.
Atletas, terapistas, conductores de carruajes, y conservadores del medio ambiente. Son una bendición para Londres.
Fuente: Horses&Hound