Un estudio de la Universidad de Guelph (Canadá) ha descubierto que cuando los caballos están estresados parpadean con menos frecuencia.
Los ojos son el espejo del alma porque muestran nuestras emociones, pero el ser humano no es la única especie capaz de expresarse con los ojos: ¡nuestros caballos también saben hacerlo!
Eso es lo que dice el estudio publicado el pasado mes de Agosto en la revista especializada Animals. El estudio nos dice que si quieres saber si tu caballo está estresado, basta con mirarle a los ojos, ya que sus parpadeos disminuyen cuando está estresado, algo que también nos ocurre a los humanos.
Este hallazgo podría ser de gran ayuda para los entrenadores de caballos, ya que para enseñar a un caballo a trabajar sin estrés será imprescindible observar sus reacciones a través de su parpadeo para saber si el entrenamiento lo está estresando o no, y poderlos calmar en consecuencia.
Es cierto que existen otras formas de advertir si un caballo está estresado o no, como medir los niveles de cortisol -la hormona que se libera como respuesta al estrés- en sangre o la frecuencia cardíaca. Aunque esta técnica es complicada de llevar a cabo durante un entrenamiento, es por eso que este estudio nos revela una nueva técnica, gratuita y en tiempo real para medir el pulso del estrés de nuestro caballo, sin ni siquiera tocarlos.
Los científicos diseñaron ensayos exponiendo a los caballos a tres escenarios diferentes, unos más estresantes que los otros.
Para llevar a cabo este estudio, los investigadores contaron con 33 individuos de la provincia canadiense de Ontario, sometiéndolos a tres situaciones diferentes, unas más estresantes que otras. Había ejemplares de varias razas, eso sí, todos habían sido entrenados para dar clases de equitación.
La primera situación consistió en lanzar una pelota al caballo a fin de asustarle, mientras que en el segundo se les separó de su manada durante unos minutos, y en el tercero el caballo observaba cómo sus compañeros comían mientras él se mantenía en ayuno.
Los investigadores grabaron a los caballos y se fijaron en los cambios en los movimientos de los ojos y en el de las orejas, la inclinación de la cabeza y signos de inquietud en general. Observaron que retenerles la comida era lo que más les estresaba.
Sobre los movimientos de los ojos, descubrieron que en el tercer escenario de ayuno, los equinos parpadeaban menos. Su tasa de parpadeo disminuyó de nueve a cinco parpadeos por minuto.
Los caballos que más estrés sufren a lo largo de su vida pueden ser los purasangre, una raza que fue modificada genéticamente por el humano a finales del siglo XVIII en Inglaterra mediante el cruce de yeguas del norte de Europa con sementales árabes, para convertirse en los caballos reyes de los hipódromos en todo el mundo.
Fuente: La Vanguardia