Todos hemos presenciado en alguna ocasión la reacción de un caballo al asustarse, y muchos de nosotros hemos tenido experiencias con ellos. También están los caballos que, aunque su reacción no sea exagerada, siempre están alerta ante cualquier movimiento, sonido o cambio a su alrededor.
Pensar que podemos evitar que el caballo se asuste es poco realista, al fin y al cabo, todos nos sorprendemos de vez en cuando, ¿verdad?
En este artículo vamos a repasar algunas de las razones principales por las cuales los caballos suelen asustarse.
Se trata de confianza
El caballo asustadizo no se siente seguro. Asustarse es la señal de que carece de confianza, en la mayoría de los casos en la «confianza social» y en la «confianza de las novedades y el entorno».
Razones por las que tu caballo se asusta
Antes de pensar en las razones por las que tu caballo se asusta, obsérvalo detenidamente en el lugar en el que vive y también en el campo.
1. Temperamento enérgico
¿Tu caballo está vigilando su entorno continuamente, reactivo y asustadizo cuando está con sus compañeros de manada?
Si es así, es probable que tu caballo tenga un temperamento más enérgico que el caballo que, la mayor parte del tiempo, pasta tranquilamente con sus amigos.
O tal vez tu caballo generalmente esté relajado y tranquilo, pero algo cambia cuando lo manejas o lo montas. En este caso, hay cosas que se puede hacer para averiguar por qué se comporta así.
2. Demasiado temperamental
Un caballo que describiríamos como nervioso y asustadizo puede tener un temperamento emocional alto. El nivel emocional de este caballo es tan alto que es posible que tenga dificultades para concentrarse en ti.
3. Confundido
Los caballos también pueden asustarse cuando se confunden. A los caballos les encanta la previsibilidad y un nuevo jinete, un entorno nuevo o nuevas señales y ayudas pueden ser confusas para él, haciéndolo menos seguro y más propenso a asustarse.
4. Malas experiencias
La historia de un caballo juega un papel importante en la probabilidad de que se asuste. Los caballos que han tenido un entrenamiento impredecible e inconsistente tienen más probabilidades de esperar lo inesperado y, por lo tanto, es más probable que se asusten. Mientras que aquellos que han ganado confianza con el uso constante de refuerzo combinado en el momento oportuno tienen menos probabilidades de hacerlo.
5. Un jinete asustado
¡No siempre es el caballo el que asusta! Algunos jinetes pueden estar demasiado alerta y transmitirselo a su caballo. Cuando esperamos que el caballo se asuste de algo, tendemos a tensarnos y esto se transmitirá al caballo con un aumento de presión, en la rienda o en la cuerda si lo trabajamos pie a tierra y a través de nuestro asiento, pierna y manos cuando estamos montando.
6. Expectativas injustas
Los caballos que se les deja solos en situaciones nuevas y difíciles para ellos, como un nuevo entorno, a menudo se asustarán más que aquellos que están más unidos a su jinete y se han involucrado activamente con él.
Un buen ejemplo de esto es cuando llevas a tu caballo a pasear por un lugar nuevo para él. ¿Caminas con tu caballo por el nuevo lugar con las riendas sueltas, y le permite relinchar y reaccionar violentamente ante cualquier novedad? ¿O lo involucras activamente acompañándolo, estando presente y recordándole gentilmente que te preste atención cuando se distraiga?
Lo más probable es que el primero tenga un caballo que pase la próxima hora asegurándose desconfiando de que todo lo que le rodea, mientras que el segundo disfrutará de un caballo que se sentirá más seguro y de una sesión de entrenamiento más agradable.
Fuente: horsesandpeople.com.au