Los criadores grandes y pequeños deben ser los primeros en asumir la responsabilidad a largo plazo de cada potro producido. La primera pregunta a considerar seriamente es: ¿Por qué quieres criar un potro? Esta lista de 12 puntos ayuda a verificar si se está reproduciendo de manera responsable.
1 – Mercado:
Lo primero y más importante a considerar es el mercado. ¿Hay realmente demanda de «tu producto»? ¿Cual es tu competencia? ¿La yegua y el semental son de líneas codiciadas? ¿Hay algo más en ellos que hará que su descendencia sea vendible? El temperamento debe ser tan importante como la morfología. Los criadores irresponsables suelen ignoran los defectos de comportamiento inherentes que dan como resultado caballos complicados y difíciles de vender.
2 – Costes:
Tu plan debe involucrar la planificación de costes para la alimentación y la mano de obra, por ejemplo, ¿sabes cuantas horas de trabajo se necesitan para mantener uno o, digamos, cinco potros cada año hasta la edad de venta? Tu lista de costes podría tener en cuenta la posibilidad de venderlo una vez montado, que es el momento en el que se venden la mayoría de ellos. Tu plan también debe incluir gastos extras como los potros que no se pueden vender y los que conservas para promocionar la ganadería, el semental …
3 – Ventas:
Planifica cómo prepararás y presentarás los caballos para la venta, con la publicidad y el servicio adecuados, para darle a cada caballo una buena oportunidad. Cualquier criador de renombre debe contar con elementos esenciales como una página web, fotos de calidad y responder adecuadamente a las consultas.
Los criadores deben evaluar la idoneidad del comprador potencial tan minuciosamente como el comprador debe verificar al criador.
4 – Valor:
Es más fácil pensar solo en los caballos que sueñas criar y olvidarte que en el proceso inevitablemente criarás caballos que no cumplen las espectativas.
Planifica qué hacer con los caballos que no cumplen con los requisitos para ser reproductores o productos para la venta; es decir, los caballos que tienen la capa, las medidas o el temperamento indeseado o con defectos morfológicos. Algunos pueden carecer de la «apariencia buscada», pero tienen un futuro como buen caballo de monta si tienen buen temperamento y buena morfología, pero necesitarán entrenamiento para demostrar su valía.
Sobre todo, evita la ilusión de que si alguno de tus animales no cumple con los requisitos, siempre puede ser un caballo de compañía, ya hay en el mercado una gran cantidad de caballos con ese fin.
5 – Criterios de selección:
Piensa con mucho cuidado en lo que planeas criar y qué criterios de selección aplicarás. ¿Estás complaciendo la moda del momento? El problema de la moda es que va y viene, y los caballos viven mucho tiempo y siempre sobreviven a las modas. Podrías estar criando caballos que ya no tendrán demanda en unos años.
Si estás criando caballos de una capa o tamaño determinado (o ambos), debes planificar que harás con los que no tienen los atributos adecuados. Los atributos más importantes como el temperamento y funcionalidad pueden pasarse por alto al seleccionar el ganado de cría por capa / tamaño.
El temperamento y la capacidad de entrenamiento deben ser los primeros en la lista de criterios de selección (seguidos de cerca por la morfología y la solidez) para brindar a todos los potros la mejor oportunidad de disfrutar de una buena calidad de vida, incluso si no se consigue la capa deseada, el tamaño u otras características.
Algunos criadores apuestan por una raza «rara», pensando que todo el mundo la querrá. A otros se les ocurren cruces elaborados y lo complican aún más al buscar una capa o tamaño específico, y acaban produciendo demasiados caballos destinados a un futuro incierto.
6 – Genética:
Necesita un buen conocimiento de la genética y un buen conocimiento de los antecedentes de la raza elegida. ¿Sabes qué enfermedades genéticas prevalecen en la raza que estás criando? ¿Estás comprometido a ayudar a erradicarlas? ¿Entiendes la conformación y su influencia? Debes ser capaz de leer correctamente una carta genealógica y poder decidir apareamientos adecuados que tengan la máxima posibilidad de que el potro sea un animal sano y con futuro.
7 – Control de la reproducción:
Castrar potros es esencial (especialmente al empezar a criar) y cuesta dinero, que también debe ser presupuestado. La castración es necesaria para el futuro de la ganadería y para la salud física y mental de los caballos que no podrán reproducirse.
8 – Registros de razas:
Los criadores que crían caballos cruzados para los que no hay registro corren el riesgo de condenar a sus caballos a un mercado muy pequeño y con exceso de oferta.
Por otro lado, las asociaciones de críadores podrían hacer mucho más para ayudar con el problema de la reproducción excesiva. Podrían fomentar las pruebas de temperamento y comportamiento en los concursos para que los criadores sean recompensados por producir animales seguros. Podrían también asesorar a la ganaderos sobre los costes de la cría de caballos.
Las asociaciones podrían asumir una mayor responsabilidad en la regulación de las enfermedades genéticas dentro de su raza. Podrían ofrecer incentivos para castrar e incentivos de rendimiento para castrados. Podrían trabajar con consultores en genética y clasificar el ganado reproductor y los sementales según ciertos criterios. Los sementales de calidad serían reconocidos por la propia asociación de razas por adherirse a prácticas de reproducción responsables.
9 – Entrenamiento de caballos:
Un semental necesita un jinete / entrenador porque es una «ilusión» pensar que podrás vender sus potros sin demostrar las cualidades del padre. Un semental debe tener un buen entrenamiento y eso requiere tiempo y dinero.
10 – ¿Necesitas un semental?
Hay demasiados criadores que tienen más de un semental. No es una buena idea comenzar un programa de cría teniendo un semental y luego algunas yeguas para él. Un criador no necesita un semental a menos que críe regularmente más de cinco potros al año; hasta entonces, es mejor usar IA (Inseminación Artificial) o pagar cubriciones con caballos adecuados para cada una de ellas.
En última instancia, la cría de caballos debería regularse y los propios criadores deben tomar la iniciativa y convertirse en custodios responsables de su industria.
Hay que empezar a pensar responsablemente sobre la cría y tenemos la obligación moral de intentarlo.
Encuentra más información sobre la propiedad de caballos responsable de Jane y Stuart Myers en su web www.equiculture.net
Fuente: horsesandpeople.com.au