Una nueva técnica de congelación de embriones ha permitido el nacimiento del primer caballo en España con este método, el cual podría aplicarse en otras especies en peligro de extinción.
El potro nació el pasado mes de octubre en una granja catalana y se encuentra en perfecto estado de salud. La tecnología, desarrollada por la empresa de biotecnología Embryotools, permite la criopreservación de embriones equinos de gran tamaño (de 6 o 7 días desde la fecundación), con tasas de éxito incluso superiores a las descritas con embriones de tamaño reducido. Además, según la empresa, el nuevo método permite conocer características genéticas del embrión, como el sexo, antes de que sea descongelado y posteriormente transferido.
Guillem Formiguera, veterinario y director técnico de la empresa CREA Veterinaris de Taradell, donde se generó el embrión, explica que «se recuperó el embrión pasados siete días cuando tenía un tamaño de casi 500 micrómetros de diámetro», cuando ya era demasiado grande para congelarlo con otros métodos convencionales y, por ello, decidieron probar esta nueva tecnología. Formiguera añade que «pasadas unas semanas, se descongeló y se envió en un incubador portátil de nuevo a la finca para ser implantado a la yegua que lo gestaría».
El primer potro que nació proveniente de un embrión congelado lo hizo en 1982 de la mano de un equipo japonés. Desde entonces, muchos investigadores y veterinarios han buscado una técnica rápida, sencilla, fiable y de bajo coste con una tasa de éxito aceptable, especialmente en embriones de gran tamaño (superiores a 300 micrómetros). Aun así, la congelación de embriones equinos sigue siendo un reto para los veterinarios de todo el mundo por los resultados obtenidos en cuanto a eficiencia reproductiva, la dificultad de la técnica y el alto coste que supone para el criador.
Un embrión equino a los 65 días de fecundación.