Científicos equinos de la Universidad de Nottingham Trent (Reino Unido) realizaron un estudio para entender cómo aprenden los caballos, ya que este conocimiento podría ser útil para entrenarlos de forma respetuosa y mejorar su bienestar.
Los caballos adaptaron astutamente su enfoque del juego para obtener la mayor cantidad de premios con el mínimo esfuerzo.
“Anteriormente, las investigaciones habían sugerido que los caballos simplemente responden a los estímulos en el momento, no miran hacia adelante de manera proactiva, no piensan en el futuro y no planifican sus acciones, mientras que nuestro estudio muestra que sí tienen conciencia de las consecuencias y los resultados de sus acciones”, dijo la investigadora principal, Louise Evans.
El juego, que constaba de tres fases, contaba con la participación de 20 caballos, a los que se les daba inicialmente un premio por el mero hecho de tocar una tarjeta con la nariz. En la segunda fase, los investigadores empezaron a encender un «semáforo». Los caballos solo recibían un premio si tocaban la tarjeta mientras el semáforo estaba apagado.
Al principio, ignoraron la luz y continuaron tocando la tarjeta indiscriminadamente, sin importar si la luz estaba encendida o no.
Pero cuando, en la tercera etapa, los investigadores introdujeron una penalización por tocar la tarjeta mientras la luz de freno estaba encendida (un tiempo de espera de 10 segundos durante el cual los caballos no podían jugar), el equipo descubrió que se produjo una reducción repentina y muy significativa de los errores de todos los participantes equinos. Los caballos comenzaron a tocar correctamente la tarjeta solo en el momento adecuado para obtener un premio.
“Ese descanso fue suficiente para que obtuvieran de inmediato el rendimiento que queríamos”, dijo Evans. “Eso fue suficiente para que los caballos dijeran: ‘Está bien, juguemos según las reglas’”.
El hecho de que los caballos cambien de estrategia de forma instantánea indica que tienen un nivel de razonamiento cognitivo superior al que se creía posible anteriormente. Sugiere que, en lugar de no comprender los principios del juego, los caballos habían comprendido las reglas todo el tiempo pero, astutamente, no habían visto la necesidad de prestarles mucha atención en la segunda etapa.
“Cuando se les daba un tiempo de espera por hacer algo mal, se activaban y empezaban a prestar atención”, dijo Evans. Este comportamiento requiere que el caballo piense en el futuro, dicen los investigadores, y está muy orientado a objetivos, ya que los caballos deben centrarse en lo que quieren lograr y en los pasos que deben dar para lograrlo.
Evans espera que este estudio pionero, que se publicará en la revista Applied Animal Behaviour Science, ayude a mejorar el bienestar de los caballos. “En general, cuando empezamos a pensar que los animales pueden tener mejores capacidades cognitivas de lo que se creía anteriormente, su bienestar mejora. Pero también hemos demostrado que, en el entrenamiento, no es necesario utilizar métodos aversivos ni nada demasiado duro para obtener un rendimiento realmente bueno de los caballos”.
Fuente: https://www.theguardian.com