Debemos considerar el trabajo a pie como un conjunto de aprendizajes indispensables tanto para la educación del caballo como para la preparación para el futuro trabajo montado.
Para mi es importante diferenciar entre el trabajo a pie y el trabajo a tierra.
- El trabajo a pie contiene el trabajo a la cuerda (4 y 7 metros) y el trabajo en libertad. El conjunto de ejercicios del trabajo a pie no solo permiten iniciar la educación de los potros sino también educar y/o reeducar caballos adultos, resolver problemas de comportamiento, mejorar aspectos técnicos, mentales o emocionales e instalar unas bases sólidas sobre las que edificar el resto del programa de formación, válido para cualquier edad y se puede practicar incluso si el caballo ya está montado, como una forma ideal de mejorar nuestra relación y mantener su motivación.
- El trabajo pie a tierra, aporta los aprendizajes específicos de la equitación que debemos enseñar al caballo para el futuro trabajo montado, independientemente de la disciplina que vaya a practicar, teniendo como parte fundamental el conjunto de ejercicios que van a ayudar al caballo entender el lenguaje de las riendas. Con el programa de ejercicios pie a tierra enseñamos al caballo a responder a la presión de la cabezada o el filete en la forma que deberá hacerlo cuando el jinete esté montado.
Que nos permiten el trabajo a pie y pie a tierra :
- Descubrir y potenciar las habilidades del caballo, sean físicas, mentales o emocionales.
- Enseñarle a aprender.
- Mantener su motivación por continuar aprendiendo.
- Construir el edificio de su equitación, sobre unos cimientos de educación sólidos.
Debemos trabajar para ayudar al caballo a desarrollar y potenciar su equilibrio físico, mental y emocional y que estos tres aspectos estén acordes entre sí. Para ello debemos proponerle un programa de formación progresivo y coherente entre los aprendizajes a pie y los aprendizajes a caballo, para estar seguros de que comprende en todo momento lo que le pedimos, con el objetivo de obtener un caballo que confía en su jinete y en sí mismo.
Si montado, el caballo no me da la respuesta que espero, quizás deba preguntarme si he hecho todo lo posible para que lo entienda primero a pie.