El martes pasado te dimos 10 buenas razones para llevar casco. Por si aún no te hemos convencido, aquí tienes 9 más.
11. La experiencia es buena, pero no lo suficiente como para justificar no llevar casco
La experiencia no se va a llevar el impacto sobre tu cráneo cuando te caigas. Los principiantes pueden tener falta de experiencia para prevenir un accidente, pero desde luego van a ser más precavidos. En términos de gestión del riesgo significa que ellos están menos expuestos (porque también pasan menos tiempo montando).
Los jinetes profesionales, por otro lado tienen una gran exposición al riesgo, ya que son los que más tiempo pasan con los caballos y los que más se arriesgan, por lo tanto, los que tienen más probabilidades de sufrir daños.
12. Tú no culparás a nadie de tu accidente, pero tu seguro sí
Puedes estar poniendo en peligro a tus amigos, familia o clientes por no llevar puesto el casco cuando montas sus caballos.
13. Montar implica ser responsable
Es tu deber cuidar de la gente que maneja o monta tus caballos, pero no únicamente cuando les pagas. Piensa que tienes que protegerte de acciones legales o represalias personales, y esto lo puedes conseguir exigiendo a los demás que lleven el casco cuando manejan o montan tus caballos.
Y sí, hemos dicho bien, no sólo puedes exigir que lleve casco quien monta a tu caballo a cambio de dinero, si no a quien maneja a tu caballo a cambio de dinero también, como tu veterinario o tu herrador. Lo en serio que te tomen dependerá de muchas cosas, sobre todo de cuán en serio te tomes la seguridad. Los cambios culturales comienzan con el individuo que lleva casco cuando monta e invita a otros a hacer lo mismo, sobre todo aquellos modelos a seguir o grandes deportistas en estas disciplinas.
14. Puedes ser un líder
Si te tomas la seguridad seriamente y eliges apoyar a otras personas que también se toman la seguridad de forma seria, puedes convertirte en un líder para el bien común de este deporte.
15. El casco puede ser guay
No hace falta que lleves un casco dorado como Isabell Werth, ¡puedes personalizar tú mismo tu casco! Pero no alteres físicamente su forma exterior ya que puedes perder la garantía. Para estos casos hay coberturas de casco muy chulas de gran variedad de materiales, de terciopelo a licra, e incluso llevar incrustaciones de diamantes o diseños personalizados.
16. Eres un atleta
Seguro que en algún momento de tu vida has asistido a una conversación con tus amigos que no entienden de caballos sobre si montar a caballo es o no un deporte. ¡Claro que la equitación es un deporte! Y la mejor forma de probarlo es tu casco sudado tras una buena sesión. ¡Enhorabuena! Caso cerrado.
17. Tus acciones afectan al mundo ecuestre
Puede que vivamos en una sociedad en la que pensamos que somos libres de hacer lo que queramos, pero no puedes reprimir la realidad de que tus decisiones pueden afectar a otras personas. Aunque no vivas de la equitación, eres parte de este mundo ecuestre.
18. Eres parte de una gran comunidad
Puede ser incluso que prefieras la compañía de los animales a la de los humanos, pero no puedes evitar ser parte de una sociedad. Cada vez que seas tratado por un daño en la cabeza que era evitable, estás ocupando unos recursos de salud que otros podrían estar necesitando por haber sufrido daños que, al contrario de tú, no eran evitables. Otros que pueden ser tu familia o amigos.
19. Los tiempos están cambiando
Hubo un tiempo en el que el casco se volvió obligatorio para otros deportes y ocupaciones, como la construcción. No fue sorprendente que hubiera resistencia a llevar el casco entre los obreros y muchas excusas. También fue el caso de los mineros australianos hace una década.
Pero al final la mayoría de estos grupos han hecho una transición de una cultura en la que llevar casco era algo extraño, a otra en la que han pasado a formar parte del uniforme o, como en el caso de los moteros, parte de su estilo e identidad. Así que, ¡no nos mires, únete!
Llevar el casco no se trata sólo de proteger tu cabeza de una caída, se trata de aceptar la realidad de que los acontecimientos inesperados pueden suceder incluso a los grandes jinetes con los caballos más tranquilos.
Fuente: Horse&People