Cualquier animal puede infectarse por sarna, un parásito o un ácaro que ataca la piel y produce mucho picor. La mejor forma de combatir la sarna equina es la prevención y una limpieza rigurosa, tanto de los caballos como de las instalaciones y el entorno.
La sarna es una infección muy contagiosa, producida por un ácaro arácnido que habita en la piel y que causa lesiones, las cuales pueden ser más o menos profundas, pero que siempre provocan mucho picor. Existen diferentes tipos de sarna: algunos profundizan en la dermis y otros producen lesiones más superficiales, provocando un efecto de raspado.
En el caso de los caballos, podemos clasificar tres tipos de sarna:
- Sarna sarcóptica: producida por el ácaro sarcoptes equi, que también puede infestar otros animales domésticos y a las personas. Produce un intenso picor y empieza por afectar cabeza, cuello, grupa y lomo. Puede verse porque causa pequeños bultos sobre la piel y alopecias, y puede desembocar en apatía y anorexia.
- Sarna de los pies o corióptica: producida por el ácaro chorioptes equi, se caracteriza por unas molestias en las extremidades del caballo, especialmente en los cascos y en los cuartos traseros. Por eso, los caballos suelen golpear el suelo para pacificar el picor.
- Sarna psoróptica: causada por psoroptes equi, ataca las zonas de pelo más largo y las articulaciones, sobre todo en la nuca, axilas o ingles.
Los síntomas son fácilmente visibles porque el ácaro produce enrojecimiento e hinchazón en las zonas de la piel donde actúa, ya que suele producir infecciones derivadas de la propia acción del parásito. El caballo también puede perder pelo en las áreas donde actúa la sarna, incluso podría llegar a presentar costras y heridas, así como debilidad, apatía y anorexia.
El veterinario tomará una muestra de la piel del caballo y, en caso de que haya sarna, se observará directamente el parásito a través del microscopio. El tratamiento más habitual consiste en desparasitadores de uso tópico u oral. En paralelo al tratamiento veterinario, tendremos que desinfectar la zona donde el caballo suela dormir y pasar el día, sobre todo si está en un sitio cerrado, y limpiar bien todos los utensilios para erradicar el problema y evitar que vuelva a infestarse. La sarna suele ser muy contagiosa, así que nosotros también tendremos que limpiarnos bien las manos y seguir las medidas de prevención indicadas por el veterinario.