Son numerosas las patologías de las vías respiratorias altas en el caballo, debido a la diversidad de tejidos y estructuras anatómicas que la componen. La faringe se integra por la nasofaringe, orofaringe y la rinofaringe; extendiéndose desde el extremo caudal de la cavidad nasal y oral, hasta la laringe. Se divide por el paladar blando en nasofaringe y orofaringe. La laringe se extiende desde la faringe hasta la tráquea y está compuesta por varios cartílagos y músculos, los cuales contribuyen a las funciones de respiración, vocalización y deglución.
En la actualidad existen varias técnicas quirúrgicas descritas para el tratamiento de las distintas patologías que afectan a la faringe y laringe del caballo. Entre ellas destacan las técnicas de mínima invasión que se realizan por endoscopia.
Una de las patologías de laringe más frecuente en el caballo es la hemiplejia laríngea, también conocida como neuropatía laríngea recurrente o “cornage”. Esta patología que afecta a las vías respiratorias altas del caballo, se produce por la afección del nervio laríngeo recurrente, resultando en una atrofia neurogénica de la musculatura laríngea intrínseca. Los signos clínicos derivan principalmente de la disfunción del músculo abductor laríngeo, el músculo cricoaritenoideo dorsal, resultando en grados variables y progresivos de la función de abductora del cartílago aritenoides. La parálisis del cartílago puede desarrollarse de forma unilateral o bilateral, aunque la parálisis unilateral izquierda es la encontrada más comúnmente.
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Etiología:
La causa de la enfermedad no ha sido descrita por el momento a pesar de que se cree que existe cierta predisposición genética, de ahí su denominación en un principio como “hemiplejia laríngea idiopática”; pero debido a que se trata de una degeneración y pérdidad de mielinización progresiva de los axones del nervio, el término más adecuado es “neuropatía laríngea recurrente”. En algunos caballos con parálisis laríngea adquirida se puede identificar una etiología específica, ya que este daño en el nervio puede ser causado por inyecciones yugulares perivasculares, micosis de las bolsas guturales, traumatismos, abscesos en cabeza o cuello, o neoplasias en el cuello o pecho. La toxicidad por organofosforados, la toxicidad por plomo, la encefalopatía hepática y diversas patologías del sistema nervioso central también pueden ser la causa de esta patología.
Esta patología puede aparecer en un amplio rango de edad, desde caballos menores de un año hasta caballos de 10 o más años. Generalmente existe predisposición racial, siendo más frecuente su aparición en razas grandes como PSI, PRE o caballos de razas centroeuropeas. La incidencia es mayor en caballos jóvenes, que con frecuencia son diagnosticados al comenzar su doma o entrenamiento a los 2-3 años.
Diagnóstico:
Los signos clínicos más evidentes son la intolerancia a l ejercicio y el ruido respiratorio inspiratorio o ronquido coloquialmente dicho. Los principales métodos diagnósticos se basan en la historia clínica y el examen físico. La laringe debe ser palpada en busca de asimetrías o posibles cicatrices de cirugías previas.
Para evaluar el movimiento del cartílago aritenoides, el método diagnóstico de elección es la endoscopia de vías respiratorias altas. De esta forma se observa el movimiento del cartílago y se puede dar una gradación en función de la pérdida de función que exista, ya que debido a que la atrofia se produce de forma progresiva, existen varios grados de afección según un sistema estandarizado de siete grados (Sistema de gradación de la función laríngea del caballo evaluada endoscópicamente en reposo, Dixon el al. 2004), de consistencia internacional con respecto a esta condición. En grados leves de hemiplejia, puede ser necesario realizar esta prueba durante el ejercicio, ya sea en una cinta rodante terrestre, en pista o en campo.
Tratamiento:
Las opciones terapéuticas de esta patología son todas quirúrgicas. En los últimos años se ha hecho gran avance en las técnicas empleadas en el diagnóstico y tratamiento de la misma, lo cual ha facilitado tanto la decisión de la técnica a emplear en cada caso y como el abordaje, para lo cual cada vez se emplean más técnicas de mínima invasión.
Los tratamientos quirúrgicos de elección para el tratamiento de la hemiplejia laríngea izquierda incluyen la laringoplastia protésica, ventriculectomía, ventriculocordectomía, aritenoidectomía y la reinervación del músculo cricoaritenoideo dorsal. La elección del tipo de intervención depende principalmente de la edad y uso del caballo y el grado de disfunción del cartílago aritenoides.
▪ Laringoplastia protésica:
La técnica pretende reemplazar la función del músculo cricoaritenoideo dorsal atrofiado para mantener la luz de la laringe en su posición anatómica de máxima dilatación inspiratoria. Fue descrita por primera vez en 1970 por Marks y colaboradores, sufriendo varias modificaciones hasta la técnica que se emplea habitualmente, también conocida como tie-back. La técnica requiere la colocación de una prótesis, normalmente
de sutura no absorbible, entre los cartílagos cricoides y ariteniodes, de modo que se mantiene la abducción sobre el cartílago aritenoides afectado. La técnica puede realizarse tanto en anestesia general como en la estación, bajo sedación y anestesia local. El resultado ideal es un caballo con una abducción suficiente del cartílago, de forma que permite el flujo de aire durante el ejercicio, impidiendo la entrada de saliva, comida o agua en el lumen laríngeo o tráquea durante la deglución.
▪ Ventriculectomía:
Se refiere a la excisión de la mucosa del ventrículo laríngeo, caudal al pliegue vocal. La cirugía por si sola, se realiza generalmente para eliminar el ruido respiratorio. Se suele realizar en el ventrículo ipsilateral al cartílago afectado. Durante décadas se ha realizado vía laringotomía tanto en estación bajo sedación como en anestesia general, en los últimos años se ha comenzado a realizar mediante técnicas de mínima invasión vía endoscópica con láser.
▪ Ventriculocordectomía:
La ventriculocordectomía supone la excisión de la mucosa del ventrículo laríngeo como se ha descrito previamente, así como la excisión de la cuerda vocal correspondiente. Al igual que en el casi de la ventriculectomía, esta técnica se ha llevado a cabo vía laringotomía durante años, tanto en la estación bajo sedación, como bajo anestesia general. En la actualidad son más los clínicos que optan por el empleo del laser vía endoscopia en el procedimiento.
▪ Reinervación del músculo cricoaritenoideo dorsal:
A pesar de que cualquier caballo con parálisis laríngea es candidato para esta intervención, es en los caballos más jóvenes y en aquellos que no presentan mayor grado que el tres en los que la técnica resulta más exitosa. Consiste en implantar un injerto de músculo nervioso en el músculo cricoaritenoideo dorsal. El primer nervio cervical y el músculo omohioideo son los de elección por su proximidad a la laringe y su actividad accesoria en la respiración.